Cerebros conectados

Controlar teléfonos inteligentes con la mente, hacer caminar a personas con daño en la médula espinal y hasta guardar recuerdos en una computadora directamente desde el cerebro y volverlos a ver cuando se desee o «descargarlos» en otro cuerpo, son algunas de las posibilidades que dice ofrecer el Link v0.9, un chip desarrollado por la empresa de Elon Musk, Neuralink.

Controlar teléfonos inteligentes con la mente, hacer caminar a personas con daño en la médula espinal y hasta guardar recuerdos en una computadora directamente desde el cerebro y volverlos a ver cuando se desee o "descargarlos" en otro cuerpo, son algunas de las posibilidades que dice ofrecer el Link v0.9, un chip desarrollado por la empresa de Elon Musk, Neuralink.

Elon Musk, dueño de Tesla Motors, Space X y Paypal, entre otras grandes corporaciones, ofreció el pasado viernes los adelantos del proyecto de su empresa de neurociencia Neuralink, fundada hace cuatro años. Se trata de un chip cerebral, similar a un audífono, presentado inicialmente en 2019 para ayudar a corregir ciertos daños neuronales.

Ahora el nuevo modelo, el Link v0.9, es del tamaño de una moneda y no más grueso que el cráneo humano. “Es como un Fitbit -reloj inteligente- en el cráneo”, explicó Musk. Afirmó que el dispositivo capta la actividad cerebral para ayudar al usuario a controlar su salud, al punto de tener la potencialidad de resolver situaciones como la pérdida de memoria e incluso la ceguera o “manejar un automóvil Tesla solo con el pensamiento”.

Ya en otras oportunidades Musk había declarado que con este chip cerebral esperaba que el ser humano lograra competir con la "inteligencia artificial". En su presentación, explicó que esta pequeña sonda, de aproximadamente 8 milímetros de diámetro, se implanta en el cerebro y cuenta con 3000 electrodos programados y monitoreados a través de una computadora, y puede supervisar la actividad cerebral de 1000 neuronas.

La inserción del chip en la corteza superior del cráneo humano, estaría a cargo de un robot quirúrgico y solo ameritaría, según Musk, “una pequeña operación que no durará ni una hora y el paciente no necesitará anestesia”.

La intención del empresario al presentar los resultados obtenidos en pruebas realizadas en cerdos, es convocar a técnicos que le ayuden a concluir el desarrollo del chip. La idea, obviamente, es colocarlo luego en un cerebro humano como auxiliar en la cura de enfermedades como el alzhéimer o lograr que las personas con limitaciones en sus funciones cognitivas o motoras por daños neurológicos, puedan controlar teléfonos o computadoras con la mente. “No estamos tratando de recaudar dinero. El principal propósito de esta presentación es convencer a la gente apropiada para que venga a trabajar con Neuralink y nos ayude a hacer el producto asequible y confiable para que cualquiera que quiera uno lo pueda tener", aseguró Musk.

Hasta el momento, el proyecto ha sido bien recibido por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, por sus siglas en inglés) organismo estadounidense que regula los dispositivos de salud. Aunque no dio fechas para sus experimentos en seres humanos, Musk sí dijo que el dispositivo será “muy costoso” cuando se lance al mercado.

Bajar la ciencia ficción a tierra tiene su precio y Musk lo sabe muy bien.